La aplicación del modelo gravitatorio al estudio de flujos posee una extensa tradición en la ciencia geográfica. Este trabajo analiza la base teórica que fundamenta el modelo gravitatorio circunscrito en el concepto de interacción espacial. Posteriormente, se testea dicho modelo aplicándolo al estudio de las migraciones internas en comunas de las Regiones de los Lagos y Ríos en los periodos censales comprendidos entre 1977 y 2012. Se planteó la hipótesis que las estructuras migratorias ha sido más bien estables y circunscritas en los diferentes espacios regionales. Así, se demuestra la fiabilidad del modelo, la caracterización de efectos barreras y las relaciones preferenciales en el territorio. Finalmente, se concluye un patrón espacial que tiende a la concentración de los flujos en las capitales regionales y donde las migraciones en los últimos 20 años están circunscritas a cada espacio regional pese que la Región de Los Ríos perteneció a la de Los Lagos.

La expansión urbana de Santiago en las últimas décadas ha diluido las fronteras entre los modos de vida tradicionalmente ligados a lo urbano y aquellos vinculados a lo rural, una confluencia que abre la pregunta sobre las nuevas configuraciones que tal proceso ha generado en los imaginarios y modos de habitar de sus residentes. En ese marco, esta investigación propone una mirada exploratoria y cualitativa a partir de un estudio de caso sobre la comuna de Colina, vecina a Santiago, un territorio rural que histórica y crecientemente ha sido foco de proyectos urbanos. A través de un enfoque sociológico-geográfico, se estudiaron las percepciones e imaginarios de los habitantes de cuatro sectores emblemáticos de la comuna: Colina Centro, Esmeralda, Las Canteras y Chicureo, con el propósito de analizar los cambios que la urbanización ha producido en la forma de habitar estos sectores. Se realizaron doce entrevistas semiestructuradas, a partir de las cuales se generó un análisis de contenido y un mapeo colectivo. Los resultados hablan de que la urbanización de Colina ha generado una fragmentación socioterritorial, que se expresa tanto en clausuras identitarias fundadas en sentimientos de desconfianza con el modo de vida citadino, como en una relación no resuelta con Santiago. Esto último, fundamentalmente, debido a la dependencia respecto del equipamiento, servicios y transporte de la urbe principal.