The current COVID-19 pandemic has sparked a wave of mobilizations in Madrid that focus on providing care at the neighbourhood level. Since early March 2020, informal and horizontal care networks have provided food to thousands of people in several neighbourhoods of the Spanish capital on a weekly basis. In this paper we analyze the conceptualization of care in relation to the Spanish family-centred welfare state in a context of crisis while also examining how civil society provides care through social innovation and new forms of urban activism. We will look at how some aspects of care have reignited the commons in order to respond to a neoliberal city in crisis and assess the political emphasis on the 'City of Care' strategy developed by the previous New Municipalist local government between 2015 and 2019. In doing so, we determine the extent to which Care Networks and neighbourhood associations in Madrid are, from a social innovation point of view, the outcome of new municipalism policies. Finally, we analyze the role of participative local policies and community action in providing care during the current COVID-19 crisis.

El concepto de participación ciudadana estuvo muy de moda en los primeros años de la transición. Uno de los grandes desafíos del nuevo sistema que surgió de aquel proceso era la reforma en profundidad del gobierno local tanto desde un punto de vista político como administrativo. Las primeras elecciones locales democráticas en 1979 supusieron el triunfo de partidos de izquierda en las principales alcaldías españolas, todo ello en un contexto de auge de los movimientos sociales, especialmente aquellos cuyas demandas giraban en torno al derecho a la ciudad'. Esta situación fue en parte la que impulsó a los nuevos ayuntamientos democráticos a cobrar consciencia sobre las nuevas formas en que los ciudadanos se relacionaban con el espacio urbano y con las administraciones locales. La gobernabilidad de la ciudad en el proceso de producción del espacio urbano se convirtió en uno de los principales retos para la recién estrenada democracia y la participación ciudadana parecía la fórmula mágica para conseguirlo 2 . El marco imprescindible era una ciudad descentralizada desde el punto de vista político y administrativo.Desde entonces, el municipio de Barcelona ha sido uno de los pioneros en lo que a la democratización de la vida local y la descentralización se refiere. Se ha tomado como caso a la ciudad de Barcelona por tres razones: la densidad de su tejido asociativo y su tradición asociativa, por la permanencia de una misma opción política en el gobierno municipal a lo largo de GAPPn» 13-14. Septiembre 1998/Abril 1999 todo el período democrático, y finalmente una consecuencia de esto último, el desarrollo de un proceso de descentralización política y administrativa en el ámbito de los distritos que ha dotado de un marco normativo y relacional a la participación ciudadana en los distritos.El propósito de este artículo es doble, por un lado, analizar el capital social y la cultura asociativa de los habitantes de esta ciudad, y relacionarlos con el desarrollo de la participación en el seno del proceso de descentralización territorial en el marco de la siguiente pregunta: ¿hasta qué punto es la descentralización suficiente para promover la participación ciudadana en Barcelona?Las hipótesis de partida son las siguientes. En primer lugar, el efecto de las reglas del juego definidas en la descentralización no tienen el mismo impacto en términos de participación en todos los distritos. El capital social va a adoptar diferentes formas según sea la tradición asociativa de sus habitantes.Por otro lado, tanto la forma que adopte el capital social como las condiciones estructurales del territorio van a influir en las relaciones entre actores y en las formas de resolución de conflictos empleadas.El proceso de descentralización se inició en Barcelona con la reforma democrática de la administración local e implicó no sólo una mejora en la gestión y administración, sino también una redefinición del concepto de ciudadano y su papel en la ciudad democrática. El análisis de este proceso se ubica en es- 107