La fecha de implantación y aplicación de las NIC/NIIF a los grupos de empresas europeos, cuyas acciones cotizan en mercados internacionales regulados, ha sido el 1 de enero de 2005 y, por tanto, la obligación de tal aplicación afectará también al ejercicio económico de 2004, lo que supone una fecha inmersa para proceder a la conversión a éstas, siendo necesario llevarlo a cabo lo más rápido posible dada la complejidad del proceso como consecuencia de sus efectos en muchos aspectos de la gestión, políticas y estrategias empresariales. Así pues, acometer este proceso con éxito requiere contar con un adecuado plan de trabajo, ejecutado por un equipo de profesionales especializados y una metodología que contemple el tratamiento de todos estos aspectos de gestión, políticas y estrategias empresariales. En cualquier caso, todos deseamos que las NIC/NIIF aporten más ventajas que inconvenientes para nuestras empresas, embarcadas en mercados cada día más competitivos e interrelacionados. No obstante, hemos de reiterar que se trata de un proceso de implantación complejo, que va a requerir ayuda para su compresión. Este artículo pretende ilustrar las principales diferencias existentes entre los tratamientos que las NIC/NIIF y la normativa contable española dan a los elementos del inmovilizado no financiero y presentar los cambios que la aplicación de las primeras supondrá en la contabilidad de las empresas españolas.