Las ruinas de Tonina, ubicadas en el valle de Ocosingo, municipio del mismo nombre, se conocen desde principios del siglo XVIII por un texto anónimo llamado "Isagoge histórica apologética". Durante el siglo XIX, fueron visitadas o descritas por Dupaix (1808) y Juarros (1823) i en 1840 por Stephens y Catherwood, que lo denominan Tonilá, y finalmente por Seler en 1898. Después de una primera visita en 1922, Frans Blom, junto con O. La Farge regresa en 1925, durante la expedición organizada por la Universidad de Tulane. En Tribes and Temples, dedican los capítulos 12 y 13 a la descripción del sitio y de la escultura (para entonces habían sido identificados 30 monumentos); asimismo incluyen un plano preliminar. Mas tarde, acompañado por su esposa  Gertrude Duby, Blom vuelve a Tonina, lo que le permite completar su descripción en el volumen 2 de La Selva Lacandona. Después de la segunda guerra mundial, J. E. S. Thompson y S. G. Morley pasaron unos días en el sitio y descubrieron 16 nuevas esculturas. Esos trabajos preliminares permitieron definir los rasgos esenciales de este sitio periférico de la cultura Maya. El mas notable es un tipo original de escultura tridimensional; pero también lo es la ubicación del sitio en el valle (unos 5-6 kms por 15-18 kms), que le da una unidad bien definida (Fig. 1).