La mayoría de los pacientes asocian lesiones; las más comunes son las fracturas costales, seguidas del neumotórax. El examen físico nos puede guiar en el diagnóstico (hematoma supraclavicular, pulso alterado, soplo). Karmy-Jones et al. 3 describen una serie de 8 pacientes, donde el principal signo de sospecha fue el ensanchamiento mediastínico, observado en la radiografía de tórax. La arteriografía es el «gold standar» para su diagnóstico, aunque la angio-TC nos ofrece suficiente información para llevarlo a cabo (disección, dilatación aneurismática, seudoaneurisma, hematomas, trombos intraluminales, signos de sangrado activo), así como para su manejo posterior 4 .El cuanto al tratamiento médico en la fase inicial, es necesario un control estricto de la TA, para lo cual es preciso un buen control del dolor (perfusión de opiáceos), y fármacos antihipertensivos (betabloqueantes intravenosos: labetalol, esmolol), y tan pronto sea posible, iniciar la anticoagulación si no existen contraindicaciones 5 .Los pacientes con una disección simple, sin un hematoma circundante extenso, pueden ser manejados de forma conservadora 1 . La reparación de la arteria innominada incluye los siguientes procedimientos: -Quirúrgico: la reparación primaria de la lesión mediante sutura simple, si técnicamente es factible, en pacientes con desgarros parciales. En la mayoría de los casos, las lesiones de la arteria innominada se manejan mediante un baipás (técnica de exclusión); este enfoque permite la angioplastia y la interposición del injerto, sin el uso de heparinización sistémica, baipás cardiopulmonar o parada circulatoria hipotérmica 1 . -Endovascular: los stents se utilizaron inicialmente para el tratamiento de los aneurismas de la aorta. Estudios recientes están demostrando el papel de los stents en el tratamiento de las lesiones aórticas traumáticas. Las ventajas incluyen el menor daño fisiológico y la no necesidad de heparinización, que nos permite tratar enfermos con trauma grave hasta un mejor control de las lesiones asociadas; las desventajas, el fallo del dispositivo, sobre todo dependiendo de la localización de la lesión 6 .Como conclusión, la lesión de la arteria innominada tras un traumatismo es infrecuente, pero potencialmente mortal, que requiere tratamiento quirúrgico. En las lesiones aisladas, la intervención precoz está recomendada. En pacientes con traumatismo grave, el retraso intencional de la reparación hasta la estabilización de las lesiones asociadas está justificado (baja probabilidad de rotura de un seudoaneurisma de la arteria innominada con un adecuado control de la TA). Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. AgradecimientosA la Unidad de Trauma y Emergencias del Servicio de Medicina Intensiva. Bibliografía 1. Stover S, Holtzman RB, Lottenberg L, Bass TL. Blunt innominate artery injury. Am Surg. 2001;67:757---9. 2. Hirose H, Gill IS. Blunt injury of proximal innominate artery. Ann Thorac Cardiovasc Surg. 2004;10:130---2. 3. Karmy-Jones R, DuBose R, King S. Traumatic ...
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