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En la polémica sobre si el juez civil debe o no tener iniciativa probatoria, esto es, disponer pruebas de oficios, debe dejarse de lado posturas radicales, esto es, la iniciativa probatoria ilimitada o contrariamente la omisión absoluta a disponer pruebas de oficio. De lo que se trata es de buscar un punto de equilibrio en donde la atribución del juez de disponer pruebas de oficio sea limitada ,asegurando su imparcialidad y protegiendo el derecho de defensa de las partes, buscando al mismo tiempo el respeto de las garantías procesales, pero también la eficacia del proceso.

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