Al igual que otros países de América Latina y el Caribe, Brasil experimenta un rápido proceso de envejecimiento poblacional. La transición demográfica, sumada a las mejores condiciones de vida de la población en las últimas décadas, ha garantizado un aumento sin precedentes en la expectativa de vida de los brasileños. Se espera que la población mayor de 65 años pase del 13% que registra en la actualidad a 22% en 2050. Este envejecimiento de la población trae consigo desafíos, uno de los cuales es cómo satisfacer la creciente demanda de servicios de atención a la dependencia en un contexto que ve reducirse las redes de cuidado tradicional. En efecto, el 10,5% de las personas de 65 años y más se encuentra en situación de dependencia funcional, y el porcentaje llega a 29% entre los mayores de 85. En términos absolutos esto significa más de 2 millones de personas mayores de 65 años con dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria. Este número puede llegar a más de 6 millones de personas hasta 2050. Este reporte presenta un panorama del envejecimiento de la población brasileña poniendo el foco en su condición de dependencia funcional y analiza, asimismo, el papel del Estado en la satisfacción de la demanda de cuidados de largo plazo, así como la oferta de servicios, públicos y privados, disponibles en el país. Debido al modelo organizativo federalista de Brasil, donde municipios y estados tienen autonomía para adherirse a programas y políticas del gobierno federal, las acciones no son homogéneas en todo el territorio. Con el propósito de presentar un análisis que muestre la heterogeneidad de la realidad brasileña, se optó por tomar como ejemplos un estudio de caso del estado de Sao Paulo y de tres de sus municipios (So Paulo, Caraguatatuba y Taguaí), con tamaños poblacionales diferentes. El estudio revela la existencia de importantes espacios que se beneficiarían de mejoras, tanto en lo concerniente a la cobertura como a la calidad de los servicios de atención a la dependencia dirigidos a las personas mayores. A pesar de algunos esfuerzos a nivel local, el país no cuenta aún con un sistema de atención integrado a nivel nacional que tenga respaldo legal e institucional. Los servicios de atención a la dependencia para personas mayores se enmarcan, en su mayoría, en el Sistema único de Asistencia Social (SUAS), con algunos otros que se ofrecen en el contexto del Sistema único de Salud (SUS). Predominan los cuidados de carácter residencial, con una participación mayoritaria del sector privado en la provisión de servicios. En efecto, solo el 2% de las aproximadamente 7 mil instituciones de larga estadía que existen en el país son públicas. Estas atienden a personas mayores de 60 años, con diferentes grados de dependencia, que no pueden vivir con su familia. Los centros de día también son parte importante de la oferta pública de servicios para la población mayor dependiente, con 1.640 centros registrados en 2018 (la mayoría en la región Sudeste). Estos centros atienden a casi 14.500 personas en situación de dependencia o discapacidad. Por último, se destaca la falta de servicios de cuidados en el hogar. El Programa Mejor en Casa del SUS fue diseñado para atender a las personas mayores que no pueden salir de su hogar, pero su enfoque es exclusivamente sanitario, y no ofrece apoyo en la realización de las actividades diarias u otro tipo de apoyo social Esta nota técnica es publicada conjuntamente por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de la Unión Europea EUROsociAL, como parte de una serie de estudios sobre envejecimiento y atención a personas en situación de dependencia, que se encuentran disponibles en la página web "Panorama de Envejecimiento y Atención a la Dependencia".