Chestnut-capped Blackbirds (Icteridae: Agelaius ruficapillus) are believed to cause significant damage to maturing rice grown in reclaimed marshland bordering the River Paraná in north-east Argentina. Efforts to reduce this damage have involved spraying the birds with avicides, such as parathion, and spraying the vegetation in which they breed and roost with herbicides, such as paraquat. This has potentially damaging consequences for local non-target flora and fauna and to the river itself. Non-toxic chemical repellents derived from plant secondary compounds may provide an alternative means of preventing damage. One such repellent is cinnamamide. Two choice and 'short-term no choice' tests carried out with cinnamamide-treated mature rice grains (0.8% (w/w)) showed clearly that cinnamamide significantly reduced food consumption by captive Chestnut-capped Blackbirds. Those birds which sampled the treated rice also showed symptoms of distaste, such as head-shaking and gaping, and postingestional malaise.

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La re-emergencia de la Federación Rusa como actor global ha implicado la búsqueda de nuevas alianzas y espacios de vinculación. América Latina, debido a su interés geopolítico, así como el objetivo de diversificar las relaciones comerciales, se ha constituido en una región de vital interés para el gobierno ruso. El proyecto de BRICS, liderado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica ha sido el principal motor en el resurgimiento de las relaciones con la región latinoamericana, siendo un puntapié para direccionar las relaciones con los principales países, como Argentina, Brasil y México.

La caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la reestructuración de la Federación Rusa fueron un punto de inflexión para la estrategia internacional rusa, que implicó el repliegue de múltiples iniciativas y el acercamiento al bloque occidental. Con el nuevo milenio, la llegada al poder de Vladimir Putin y el crecimiento del modelo político por parte de Dmitri Medvedev, se generaron nuevas oportunidades para devolverle a la Federación Rusa su rol de jugador global, a través de la idea de ascenso de los otros. El proyecto BRICS ha configurado para Moscú una estrategia de inserción internacional que le permite acercarse a este grupo de países y fomentar la reforma de algunos esquemas internacionales, con el objetivo de aumentar su relevancia global.