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RESUMENPara conocer la literatura del siglo XIX es imprescindible una experiencia con la producción de Emilia Pardo Bazán, la cual está insertada en la crisis de valores finisecular. En este artículo, se busca reconocer la intervención de las artes plásticas o musicales en los aspectos discursivos y formales de los textos pardobazanianos, para relacionar esta narrativa con el género "novela de artista". ABSTRACT ExperiencingEmilia Pardo Bazán' writing is essential to really know XX century literature. Her production is embedded in the turn-of-the-century value crisis. This article aims at recognizing the intervention of fine arts and music in the formal and discoursive features of her texts, in order to relate this narrative to the genre known as "artist's novel".Podemos constatar, sin reparos, que la obra de Emilia Pardo Bazán, se erige como un documento imprescindible para conocer la literatura del siglo XIX. Su producción, desafortunadamente, todavía no goza de las atenciones críticas otorgadas a otros de sus coetáneos, aunque este desacierto está siendo subsanado poco a poco.Estudiar las complejidades de Emilia Pardo Bazán como narradora madura, es conocer a una creadora cuya obra se inserta en la crisis de valores propia del cambio de siglo. Es fundamental, para ello, precisar la presencia de las artes -plásticas o musicales-en sus textos, sobre todo de 1890 a 1921, año de su muerte. Tanto sus grandes novelas del siglo XX: La Quimera (1905), La Sirena negra (1908) y Dulce Dueño (1911), como muchos de sus cuentos o su novela inédita Selva (1913), manifiestan haberse enriquecido con las aportaciones de cada una de las artes. Por un lado, las artes intervienen en los aspectos discursivos y formales, muy renovadores; por otro, relacionan a doña Emilia con el género narrativo de raíz romántica llamado "novela de artista", que trata los avatares artístico-vitales de los creadores de arte. La presencia de las artesLas artes intervienen decisivamente en la obra de la Pardo Bazán madura. Las referencias artísticas que pueblan sus textos son fruto, en parte, de sus experiencias biográficas.

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Entre el material literario de la Pardo, La Quimera es un relato crucial de su trayectoria por sus múltiples interrogantes y condición de síntesis narrativa. Se trata de una Pardo Bazán poco conocida, por la que se experimenta, sin embargo, un creciente interés. Este fenómeno es lógico por cuanto que la novela narra el amargo destino de un pintor fracasadoJoaquín Vaamonde, íntimo amigo de la condesa, muerto en plena juventud-.Estos datos, de notable valor biográfico, se unen a la literaturización detallada del mundo del coleccionismo -esbozado en otras obras-, fenómeno social apasionante para la narradora', quien lo presenta como una interesante manifestación psíquica. Pardo Bazán incorpora fielmente sus propios avatares vitales, revela desconocidos enlaces entre objetos artísti-cos citados, articula esta cuestión con el arte y literatura aragonesa, y enriquece mutuamente estos dos ámbitos artísticos, al plasmar sus íntimas correspondencias a principios de siglo.