“…El principal método de control empleado por los agricultores para el manejo de esta enfermedad se basa en la aplicación de compuestos químicos (Mejía- Bautista et al, 2016;Sánchez-García et al, 2019) El uso inadecuado de estos ingredientes químicos activos han ocasionado graves repercusiones a la salud de las personas, contaminación del medio ambiente (Hernández-Hernández et al, 2018;Sánchez-García et al, 2019) y desequilibrio en la biodiversidad del suelo debido a que no son selectivos y dañan a los microorganismos benéficos (Robles- Hernández et al, 2015;Sánchez-García et al, 2019), además los fitopatógenos con el paso del tiempo adquieran resistencia, lo que repercute en una elevación en los costos de producción debido al incremento de las dosis y número de aplicación (Robles-Hernández et al, 2015;Reyes et al, 2016). En el caso de los Oomycetos la mayoría de los fungicidas químicos no tienen efecto sobre ellos, debido a que estos productos químicos están dirigidos a interrumpir la biosíntesis del ergoesterol y los Oomycetos no sintetizan esteroles, estos los adquieren de sus hospedantes (Bautista et al, 2014).…”