“…La educación no puede entenderse al margen del contexto social ni de su evolución. Para afrontar de forma eficaz las situaciones de riesgo es imprescindible apostar de forma sostenida por políticas a favor de la infancia y la juventud que contemplen todos los aspectos esenciales de su desarrollo: salud física, psicológica y relacional, educación, ocio y tiempo libre, seguridad, familia y medio ambiente (Vega, Aramendi y Garin, 2012). Lo que encaja con el objetivo de promover una sociedad en la que los individuos, familias y comunidades puedan alcanzar su máximo potencial de desarrollo, salud, bienestar y autonomía, como pretende el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de España (2014), en el que los menores de 15 años es uno de los colectivos priorizados.…”