“…Teniendo en cuenta los graves efectos negativos derivados del ciberacoso sobre el funcionamiento social, personal y familiar de los adolescentes implicados, diferentes investigaciones se han centrado en indagar cuáles son los factores de riesgo que predicen la implicación en el ciberacoso, así como qué recursos y factores pueden proteger, previniendo y reduciendo esta problemática y el impacto negativo derivado de ella (Camerini et al, 2020;Kowalski et al, 2019;Zych et al, 2019). Entre los factores de riesgo que predicen las conductas de ciberagresión en adolescentes se han encontrado, por ejemplo, niveles altos de agresión, bajos en autocontrol y menor capacidad de empatía (Garaigordobil, 2019;You y Lim, 2016), así como un menor desarrollo o conciencia de las habilidades emocionales, como la regulación de las emociones (Baroncelli y Ciucci, 2014;Garaigordobil, 2019;Kokkinos y Voulgaridou, 2017). Por otro lado, la literatura ha analizado, también, diversos recursos y factores sociales, personales y familiares que pueden influir protegiendo y reduciendo la probabilidades de llegar a convertirse en un ciberagresor (p.ej., Kowalski et al, 2019;Quintana-Orts y Rey, 2018).…”