“…La difusión del conocimiento es fundamental para el progreso científico y los indicadores bibliométricos evidencian la calidad de las investigaciones (Buela-Casal, 2010;Diem & Wolter, 2013;Fernández y Bueno, 1998). Por todo ello, surgen estudios que intentan describir, analizar y evaluar las publicaciones académicas revelando tendencias y descubriendo brechas aún por explorar sobre determinadas áreas de conocimiento o para sugerir mejoras que favorezcan el impacto de revistas vinculadas al ámbito educativo (Ariza y Quevedo-Blasco, 2013;Gómez-García, Ramiro, Ariza y Granados, 2012;Vázquez-Cano, Belando Montoro y Bernal Bravo, 2017). En el ámbito que nos ocupa, se encuentran revisiones de la literatura científica sobre el impacto de los MOOC, tanto en la comunidad científica internacional (López-Meneses, Vázquez-Cano y Román, 2015;Sangrà, González-Sanmamed y Anderson, 2015) como exclusivamente española (Aguaded, Vázquez-Cano y López-Meneses, 2016); sobre el e-learning y su posible categorización como disciplina emergente (Tibana-Herrera, Fernández-Bajón y De Moya-Anegón, 2018); sobre entornos personales de aprendizaje a través de dispositivos móviles (Humanante-Ramos, García-Peñalvo y Conde-González, 2017), y, de forma tangencial, sobre las posibilidades de la realidad aumentada en la educación (Lorenzo Lledó y Scagliarini Galiano, 2018) o la competencia digital de los futuros docentes (Rodríguez-García, Trujillo Torres, Sánchez Rodríguez, 2015), entre otras.…”