Las cooperativas agrarias son consideradas como un modelo organizacional que permite la mejora de las condiciones de producción y comercialización de sus productos, generando ingresos y cambios sustanciales en sus asociados. Algunas de estas cooperativas desarrollan modelos de negocios de inclusión social con los pequeños productores que la conforman. El presente artículo pretende dar a conocer cuáles son las características de las cooperativas agrarias como generadoras de negocios con inclusión de las personas menos favorecidas (lo que se conoce como la base de la pirámide) en su modelo económico. Para ello, se establecieron unas proposiciones teóricas a partir de la revisión de la literatura que fueron validadas a través del análisis de caso múltiple con una unidad de análisis simple (seis cooperativas bananeras del departamento del Magdalena, Colombia), utilizando el método deductivo. Los resultados obtenidos muestran que una cooperativa agraria desarrolla un negocio inclusivo cuando se cumplen las siguientes condiciones: hay una vinculación de pequeños productores en una cadena de valor; se genera valor económico y social para las personas involucradas; la creación y desarrollo de la cooperativa se genera por iniciativa propia de los pequeños productores, por algún actor de la cadena productiva y/o por una reglamentación establecida; y cuando el modelo cooperativo puede ser replicable y/o escalable a lo largo del tiempo.