De espacios y violencias: vida cotidiana de jornaleras en comunidades del noroeste de México

Abstract

El objetivo del presente estudio cualitativo es describir y analizar la situación de la violencia comunitaria, desde la perspectiva de mujeres jornaleras, en colonias y poblados cercanos a los campos agroindustriales en donde ellas habitan y laboran en Baja California, Sonora y Sinaloa. En los discursos de las entrevistadas sobresalen las relaciones de violencia que acontecen en espacios públicos como caminos, calles y parques, y que consisten en agresiones de tipo y gravedad muy diversos hacia su persona, familiares o vecinos. Señalan algunos problemas estructurales como: a) económicos, debido a los salarios bajos que las obligan a extender sus jornadas laborales y a disminuir el cuidado de los hijos; b) urbanísticos, ante la carencia de parques en donde los hijos puedan divertirse sanamente; c) de impunidad y corrupción policiaca y d) falta de recursos y capacitación adecuada en las instituciones que atienden estas problemáticas. Su historia de migración reciente requiere la construcción de nuevas redes sociales de apoyo y de configurar un espacio como parte de su identidad. En este contexto de relaciones, la organización social se vuelve clave en la defensa de derechos. En sus discursos se enfatiza el agravamiento de las formas de violencia en general y hacia las mujeres, en particular las del crimen organizado que se cobra vendettas, y refuerza la cosificación ya existente de las mujeres en los “ajustes de cuentas.”

Estado del arte desde la comunicación sobre la violencia de género contra las mujeres migrantes jornaleras agrícolas abordada por otras ciencias

“…Los textos empleados como punto de partida para esta investigación comparten un interés en investigar el entorno violento en el que se desenvuelven las mujeres jornaleras del noroeste de México. En los estudios de Aranda (2015), Aranda y Castro (2016) y Arellano (2015) se analizan las formas de violencia laboral contra mujeres jornaleras agrícolas, desde la perspectiva de jornaleras, en tres comunidades de Sinaloa, Sonora y Baja California. Sin embargo, Aranda (2015) tipificó la violencia desde la perspectiva de las mujeres, mientras que Aranda y Castro (2016) analizaron la vulnerabilidad de las jornaleras en su acceso a los servicios de salud y a la atención médica.…”

“…En los estudios de Aranda (2015), Aranda y Castro (2016) y Arellano (2015) se analizan las formas de violencia laboral contra mujeres jornaleras agrícolas, desde la perspectiva de jornaleras, en tres comunidades de Sinaloa, Sonora y Baja California. Sin embargo, Aranda (2015) tipificó la violencia desde la perspectiva de las mujeres, mientras que Aranda y Castro (2016) analizaron la vulnerabilidad de las jornaleras en su acceso a los servicios de salud y a la atención médica. A diferencia de Arellano (2015), quien buscó la relación entre la organización y la dinámica de las relaciones.…”

“…Ahora bien, Aranda (2015), Aranda y Castro (2016), Arellano (2015), y Zúñiga (2018) aplicaron una metodología cualitativa a través de entrevistas grupales a 61 jornaleras y 18 entrevistas con expertos en el tema, tanto de la academia como del ámbito laboral, de Baja California, Sinaloa y Sonora. Del mismo modo, Andrade-Rubio (2016) aplicó la entrevista a profundidad a 20 jornaleras migrantes.…”

“…Por otra parte, los referentes teóricos del estudio de Aranda (2015) Por lo tanto, los trabajos de Aranda (2015), Aranda y Castro (2016), Arellano (2015) y Zúñiga (2018) reportan las desigualdades de poder entre hombres y mujeres manifiestas en las zonas agrícolas, lo que posibilita que se ejerza violencia contra las mujeres. Aranda (2015) clasificó la violencia contra las mujeres en tres entornos: la ejercida en los caminos o trayectos, en los hogares y la vinculada al crimen organizado.…”

“…Por otra parte, los referentes teóricos del estudio de Aranda (2015) Por lo tanto, los trabajos de Aranda (2015), Aranda y Castro (2016), Arellano (2015) y Zúñiga (2018) reportan las desigualdades de poder entre hombres y mujeres manifiestas en las zonas agrícolas, lo que posibilita que se ejerza violencia contra las mujeres. Aranda (2015) clasificó la violencia contra las mujeres en tres entornos: la ejercida en los caminos o trayectos, en los hogares y la vinculada al crimen organizado. Asimismo, Zúñiga (2018) encontró que la totalidad de jornaleras entrevistadas perciben la violencia sexual, extrema y generalizada, dentro de su contexto laboral, siendo el acoso sexual el común denominador, igualmente Andrade-Rubio (2016) reportó que las mujeres solteras más jóvenes son las que lo padecen con mayor frecuencia.…”