De la potestad marital a la violencia económica y patrimonial en Colombia

Abstract

La herencia colonial hispana sobre la desigualdad de género en el matrimonio quedó resumida en el primer código civil colombiano dentro del concepto de potestad marital, en términos de los derechos del marido sobre la persona y bienes de la mujer. Tomó casi un siglo desmontarlo legalmente, lo cual se logró al reconocer dicho control como violencia económica y patrimonial. Desde 2008 se reconoce este tipo de violencia como una forma de violencia contra la mujer; sin embargo, los datos indican una alta incidencia de violencia económica y patrimonial por parte de la pareja o expareja, especialmente entre mujeres separadas y divorciadas, y entre las que están en uniones de hecho comparadas con las casadas. Se evidencia la prevalencia cultural de la lógica patriarcal, y también explica porque esta forma de violencia ha recibido poca atención institucional.

No Pago De Pensiones De Alimentos Como Violencia Económica: Análisis De Género De La Experiencia De Mujeres Chilenas

“…Es decir, la violencia económica proyecta, tras la disolución de la pareja, una dinámica de control preexistente hacia las mujeres y sus hijas o hijos. De este modo, la relación entre violencia de género, violencia vicaria y violencia económica es íntima (Porter y López-Angulo, 2022); por lo mismo, en contextos de separación, hay casos en los que la violencia económica y la violencia vicaria se ven amplificadas (Deere y León, 2021). Tal como expresa Evelyn, "cuando nos separamos, la única manera que [él] tenía de castigarme era con la plata.…”

“…La violencia de género ejercida por parte de una pareja o una expareja es una experiencia transversal en la vida de las mujeres. En este contexto, la violencia económica constituye un tipo de violencia de género, ya que es una manifestación de las relaciones de poder desigual, basada en las construcciones de género, cuyo fin es la dominación (Alviar, 2018;Arroyo, 2020;Maldonado-García et al, 2020;Deere y León, 2021;Güezmes et al, 2022); más aún, se presenta como un problema cultural, que afecta a distintos ámbitos de la vida (Maldonado-García et al, 2020) y que puede manifestarse en diversos colectivos de mujeres (Núñez, 2022). Ahora bien, aquellas que presentan mayor vulnerabilidad económica están más expuestas a que este tipo de violencia les genere daños y repercusiones en la vida cotidiana (Antai et al, 2014).…”

“…Así, durante décadas, no fue considerada como un problema relevante por cuanto su recurrencia permaneció socialmente invisibilizada y naturalizada. (Maldonado-García et al, 2020;Deere y León, 2021). No obstante, en la literatura de los últimos años, diversos trabajos han conceptualizado las violencias patrimonial y económica como una sola manifestación o, en su defecto, como términos desacoplados.…”

“…En el marco de esta investigación, se entiende que la violencia económica son aquellas acciones que causen daño o sufrimiento económico a una determinada mujer, en el marco de las relaciones desiguales de género (Alviar, 2018) y que implican actos de control o vigilancia en relación con el uso y distribución del dinero, así como la amenaza sistemática de negación de dichos recursos (Miškulin, 2020). Se comprende, también, que esta violencia se incrementa en contextos de separación o divorcio, ya que, muchas veces, las mujeres quedan sometidas a la exposición indebida ante sus exparejas y, con frecuencia, deben sortear necesidades alimentarias apremiantes (Deere y León, 2021).…”

Violencia Intrafamiliar y participación activa de la víctima al momento de determinar la responsabilidad penal

“…Violencia económica: se define a la violencia económica como aquellas acciones que restringen la disposición de la mujer para producir o disponer ingresos, sean suyos o de su pareja para beneficio del hogar (Deere & León, 2022).…”