“…), al proporcionar a los niños cierto control sobre el diseño y la construcción de su espacio de juego (Hyndman & Lester, 2015). • Cada vez más voces claman por la necesidad de (re)introducir la naturaleza en los patios escolares (Castro-Colmenero, 2017;Cols Clotet & Fernàndez Quilles, 2019Freire, 2018Freire, , 2020Martínez-Bonafé, 2020), para suplir, por una parte, las carencias en la atención a sus necesidades y el desarrollo de sus capacidades y, por otra, como forma de concienciar y hacer frente a los desafíos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad que nos asolan. Esta renaturalización de los patios escolares también implica regenerar la estructura escolar (los tiempos, los espacios, e incluso el currículum) y ponerla al servicio del bienestar de la infancia y de su futuro al habitar el planeta.…”