“…16 Como vemos, desde la despenalización de la homosexualidad y durante el debate constituyente de 1998, los derechos sexuales que protegen de la discriminación son fácilmente aceptados, mientras que los derechos reproductivos en relación con la autonomía de los cuerpos generan rechazo por parte de los poderes políticos. Años más tarde, ese rechazo va a exacerbarse y materializarse en abierta oposición a las demandas feministas, cuando una nueva generación ponga otra vez el cuerpo y la sexualidad en el centro: la Coordinadora Política Juvenil por la Equidad de Género (CPJ), que rompe con su afiliación con la cpme (Varea, 2018). La creciente politización de la sexualidad, de la mano de los derechos sexuales y reproductivos, se fortalece con la creación de redes transnacionales de la región para la despenalización del aborto, la Articulación Feminista Marcosur, la Campaña por una Convención de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos (S. E. Álvarez, 2009), así como campañas en otros países como la Coalición Nacional por la Despenalización del Aborto en Argentina, que nace en el 2005.…”