“…El desarrollo de un instrumento aplicable desde los servicios de atención primaria, dedicado a la detección de niños con riesgo de TEA, es un objetivo importante en nuestro entorno. En primer lugar, porque cada vez hay más casos de TEA (Hernández et al, 2005;Chakrabarti & Fombonne, 2005), y son los pediatras y especialistas en atención a la primera infancia los que se encontrarán con niños que pueden presentar signos de riesgo de un trastorno del espectro autista. En segundo lugar, hoy la atención temprana constituye la mejor opción de intervención que se puede proporcionar a un niño con TEA y a su familia, esta opción depende de que se identifique al niño con riesgo lo antes posible (Dawson y Osterling, 1997;Fenske, et al, 1985;Harris y Handleman, 2000;McGee, 1999;Rogers, 1998;Prizant y Wetherby, 1988;Mays y Gillon, 1993; Asociación Americana de Psiquiatría [AAP], 2002;Siegel et al, 1988;Hernández et al, 2005;Howlin y Asgharian, 1999).…”