La Trata de Seres Humanos: la experiencia de Brasil

Abstract

La Trata de Seres Humanos (TSH), una práctica que surgió en la antigüedad con la esclavitud, no sólo nunca dejó de existir, como, en estas últimas décadas, se ha convertido en una de las actividades criminales más lucrativas del mundo (ONUDD, 2006). Cada año, un sinfín de seres humanos, la inmensa mayoría de mujeres, niños y adolescentes son víctimas de las acciones criminales de las pandillas especializadas. Se estima que la TSH mueve aproximadamente $ 32 mil millones al año en todo el mundo, ocupando el tercer lugar en volumen financiero negociado entre los mercados ilegales, atrás sólo del tráfico de drogas y armas (Dias, 2005). Las redes criminales son complejas y los actores son muchos: formadas por reclutadores, financieros y, en algunas oportunidades, también por funcionarios públicos corruptos (Dias, 2005). Obviamente, en un mundo cada vez más globalizado, prevenir y reprimir delitos de tal gravedad requiere una actuación coordinada y eficiente de las diferentes agencias de la ley. Más que eso: combatir eficazmente este tipo de ilícitos nos obliga a establecer políticas públicas específicas, con la atención en el apoyo adecuado de víctimas. En Brasil, en estos últimos años, hemos experimentado algunos importantísimos logros en esta actividad. Todo por causa de la creación y el mantenimiento de una política nacional específica, que busca integrar diferentes organismos y funcionarios públicos, así como representantes de la sociedad civil. Algunas de estas experiencias y resultados trataremos de presentar brevemente en este texto.