“…Masterman y Heritage-Brand (2017) definen el barrio como aquel espacio con garantías de acceso a la infraestructura social (colegios, estaciones de transporte público, hospitales, lugares de trabajo, entre otros), y con usos de suelo mixto y equilibrados (zonas verdes, transporte, espacios públicos, servicios, entre otros). De otra parte, el barrio también se conceptualiza como un territorio de identificación cultural, social y familiar que se transforma en un punto de anclaje desde el cual los individuos perciben y viven la ciudad (Lazo y Calderón, 2014), y se enmarca en una unidad de un kilómetro cuadrado, garantizando la caminata del centro a los extremos en un tiempo máximo de cinco minutos (Gehl, 2014; Project for Public Spaces, 2012). En términos urbanísticos y de movilidad, Perry (1929) planteó que el barrio es una unidad vecinal, partiendo del concepto de un área residencial con 5.000 a 6.000 habitantes, capaz de necesitar un equipamiento educativo, y con una extensión y configuración en la que los estudiantes realizan desplazamientos inferiores a los 400 metros.…”