El trasplante de tejidos ha tenido un rápido e importante desarrollo desde su introducción en el siglo pasado, por lo que se ha convertido en un procedimiento que permite salvar y transformar miles de vidas alrededor del mundo. El trasplante de tejido no esencial, como la mano, conlleva un conflicto ético especial debido al alto costo financiero que acarrea, la alta demanda de recursos de los sistemas de salud que requiere y la necesidad de suministrar al receptor medicamentos inmunosupresores que implica. De esta forma, en el presente artículo se discuten los principales aspectos relacionados con la posibilidad de introducir programas para este tipo de intervención en un país de ingreso mediano como Colombia.