Presentación del Simposio Acceso al Aborto Terapéutico en el Perú

Abstract

A pesar de que el aborto terapéutico (AT) está aprobado por ley en el Perú desde el año 1924 (1), solo recientemente desde el Ministerio de Salud (junio 2014) ha sido aprobada la Guía Nacional para Interrupción Voluntaria del Embarazo por Razones Terapéuticas (2). Sin embargo, las mujeres peruanas aún no disponen de un adecuado acceso a los servicios en los hospitales públicos. Esta deficiencia es en gran medida responsable de que las causas indirectas de muerte materna se presenten cada vez con mayor frecuencia (3). Los profesionales de la salud de los establecimientos públicos que prestan servicios de salud sexual y reproductiva carecen de información suficiente y mantienen aún estigmas contra las mujeres que se interrumpen la gestación y contra los profesionales que las atienden, debido a que falta aún estandarizar la atención, para seguridad de las mujeres y de los profesionales.

Caracterización del aborto terapéutico en un Hospital nivel III de Perú durante 12 años de experiencia

“…Actualmente, la práctica de aborto terapéutico, conocimiento del marco legal y difusión en establecimientos de salud es limitado [9][10][11] . La causa más frecuente de acceso al aborto terapéutico es la afectación de la salud mental de las mujeres que tienen embarazos con anomalías congénitas incompatibles con la vida 12 .…”

Consumo de alcohol y drogas en embarazadas internadas en un hospital de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Evaluación del impacto inicial en el recién nacido

“…Posiblemente la información que aportan las gestantes con consumo se vea recortada por causas sociales, psicológicas y judiciales, como son el estigma social, el miedo a la condena del personal que la asiste y el temor a la pérdida de la custodia de sus hijos (Diez et al, 2020;Da Rosa et al, 2016).…”

“…La determinación de drogas en orina es un recurso que puede reservarse para ampliar los márgenes de detección en las embarazadas con riesgo de consumo de sustancias por los antecedentes psicosociales (pareja consumidora, historia de consumo, hijo previo con Síndrome Alcohólico Fetal), o por la presencia de alteraciones antropométricas o clínicas en el recién nacido (signos de abstinencia, bajo peso o retardo en el crecimiento intrauterino) (Da Rosa et al, 2016;Skagerstróm et al, 2011;Azurmendi et al, 2022;Roca et al, 2021).…”