IntroducciónSufrir burlas por el peso constituye una de las formas más frecuentes en que se manifiesta el acoso escolar (Puhl, Luedicke y heuer, 2011). A su vez, es sabido que esta experiencia genera consecuencias negativas en el desarrollo psicológico de los niños que las padecen (kovalskys, Bay, Rausch herscovici y Berner, 2003), incrementando el riesgo de desarrollar alteraciones en la conducta alimentaria (Madowitz, knatz, Maginot, Crow y Boutelle, 2012).Por otra parte, las burlas por el peso corporal pueden estar motivadas por el sostenimiento de actitudes negativas hacia el sobrepeso. Pareciera que las representaciones socioculturales que equiparan delgadez con éxito y felicidad, propiciarían la construcción de creencias negativas hacia quienes se apartan del estereotipo (Elizathe, Murawski y Rutsztein, 2011;Rutsztein, 2002). Tal es así que diversos estudios identificaron que niños desde los 4 años de edad presentan actitudes negativas hacia la obesidad y el sobrepeso. Por ejemplo, niños/as de 4 a 6 años califican con atributos principalmente negativos ("desagradable", "tonto", "sin amigos", "descuidado", "feo") a una figura que representa un niño con sobrepeso (holub, 2008). Otro estudio detectó que niños/as entre 7 y 12 años consideran a la figura que representa a un niño con sobrepeso como "más vago" (86%), "menos feliz" (74%), "menos popular" (81%), y