Existen dos focos de atención relevantes que pueden generar espacios de desigualdad y discriminación en la población con discapacidad en las tecnologías de atención a la salud: i) aquellas relacionadas con necesidades específicas de asistencia, y ii) aquellas relacionadas con la accesibilidad de los dispositivos. Los artículos científicos recientes que tratan la telemedicina, e-health o el m-health, prestan escasa atención a la población con discapacidad, esto denota la necesidad de investigaciones y, en general, producción científica en este ámbito. La población con discapacidad debería ser objetivo prioritario en los planes de aplicaciones tecnológicas para la atención a la salud, no sólo en términos demográficos, sino en función de la especificidad de la demanda de atención sanitaria que se realiza en la actualidad, y porque la respuesta del sistema, tal y como está diseñado, resulta poco comunitaria y demasiado hospitalaria, esto es, más reactiva que preventiva. En caso contrario, si los desarrollos de los sistemas de telemedicina heredan esta concepción ‘capacitista’ de los sistemas sanitarios actuales, corren el riesgo de replicar los mismos defectos.