Mujer de 29 años de edad, que consultó por dolor en la región epitroclear del codo izquierdo, de más de un año de evolución, asociado a signos y síntomas de neuritis cubital. El miembro afectado era el dominante y su trabajo habitual era de escritorio. No presentaba síntomas en el miembro contralateral. Había realizado más de 30 sesiones de fisioterapia con diagnóstico previo de epitrocleítis sin obtener resultados satisfactorios.En el examen físico, se detectó tumefacción medial del tríceps distal sin tensión, pero con dolor a la palpación. La movilidad del codo izquierdo era completa y no había resaltos ni bloqueos en todo el arco de movimiento. La palpación de la inserción proximal de los músculos epitrocleares le generaba leve dolor, que no se exacerbaba con la flexión resistida de muñeca y dedos de la mano. Por el contrario, la extensión resistida del codo aumentaba el dolor a nivel del borde medial del tríceps distal. El test de flexión del codo durante la consulta no producía parestesias ni dolor. No obstante, refería parestesias en el territorio del nervio cubital durante las actividades cotidianas, que se incrementaban con la percusión de dicho nervio (signo de Tinel positivo).Se solicitó una ecografía de ambos codos que mostró la presencia de un músculo aberrante en el territorio del canal epitrocleo-olecraneano de ambos codos, compatible con "anconeus epitrochlearis bilateral". El músculo accesorio del codo izquierdo estaba edematoso y su espesor estaba aumentado, lo que disminuía el diámetro del canal epitrocleo-olecraneano (Fig. 1).Se solicitó un electromiograma que informó neuroconducción motora y sensitiva conservada del nervio cubital. Las radiografías del codo izquierdo en proyección de frente, de perfil y de túnel cubital no revelaron particularidades.Ante la persistencia de los síntomas clínicos y la falta de respuesta al tratamiento conservador, se decidió la intervención quirúrgica.
Técnica quirúrgicaPaciente en decúbito dorsal, con anestesia general y manguito hemostático. Se realizó un abordaje medial para codo izquierdo, disecando los planos hasta que se observó el nervio cubital ingresando en el túnel cubital por debajo del anconeus epitrochlearis. Este tenía inserción desde la epitróclea hasta el olécranon (Fig. 2). Se disecó el múscu-lo accesorio y se constató el trayecto del nervio cubital en un plano más profundo (Fig. 3). Se seccionó el músculo desde la epitróclea, se lo evirtió y se constató la proyección de fibras musculares hacia el músculo tríceps de forma proximal y al olécranon de forma distal y, también, elementos neurovasculares que se dirigían hacia el vientre muscular (Fig. 4). Se resecó la totalidad del músculo aberrante dejando libre las fibras mediales del tríceps. Se completó la descompresión del nervio con la apertura del túnel cubital incluyendo la apertura de la aponeurosis del flexor carpi ulnaris (Fig. 5). No se produjo subluxación del nervio ante maniobras de flexo-extensión del codo, por lo cual no se hizo ninguna transposición. Se liberó el manguito hemostático...