“…Pese a que el paganismo, especialmente en sus formas residuales y marginales, perduró aún largo tiempo tras Teodosio, tal y como ha sido demostrado en ciertos trabajos (McKenna, 1938;MacMullen, 1981MacMullen, , 1984MacMullen, y 1997, el aparato de gobierno del Imperio Romano, ya definitivamente cristiano, se vio "purgado" mediante sucesivas disposiciones legales en las que se prohibía ejercer cargos públicos a los considerados desde entonces herejes o idólatras (Fernández, 1983;Montero 1990;Watts, 2004). El proceso, ya muy visible en el periodo teodosiano, quedó refrendado durante el siglo V en ambas mitades del Imperio (Brown, 1997;Busine, 2015;Rapp, 2013;Salzman, 2002;Shanzer, 2016). Casos como el de los años 390-392, en los que ambos Prefectos del Pretorio fueron aristócratas paganos fuertemente comprometidos con los cultos tradicionales (Eutolmio Taciano y Nicómaco Flaviano), pasaron muy pronto a convertirse en rarezas, y aún en fenómenos inauditos.…”