“…La agenda académica tiende a centrarse en aquellos fenómenos que, en los años 60, provocaron un quiebre en el paradigma utilizado para analizar las relaciones entre etnicidad y política (Burgess, 1978;Brown, 1989): 1) la intensificación de conflictos entre grupos étnicos en el tercer mundo, 2) los problemas de integración nacional en las sociedades postcoloniales y 3) el crecimiento de movimientos sociales entre grupos étnicos dentro de las sociedades industriales y postindustriales. En América Latina, la importancia que los vínculos entre estas esferas adquiere en la agenda académica se relaciona con la eclosión de movimientos sociales con demandas étnicas (Kroll, 1997), los desplazamientos hacia la identificación étnica entre los partidos políticos (Calla Ortega, 1993;Gisselquist, 2005), el papel del Estado en tanto instancia productora de categorizaciones, de modos de imaginar la nación y su incidencia en la gestión (visibilización-invisibilización) de la etnicidad (Frigerio, 2008;García, 2010), las articulaciones entre liderazgos étnicos, movimientos sociales y políticas estatales (Briones, 2015) en el marco de conflictos por la tierra y el reconocimiento de particularidades identitarias (Ramos, 2017).…”