“…Pese a las características del TEA, existe evidencia de que la conducta sensible de las figuras cuidadoras fomenta en los menores con autismo el desarrollo de vínculos seguros de apego, lo cual favorece su desarrollo social (e.g., Capps, Sigman, & Mundy, 1994;Kahane & El-Tahir, 2015;Koren-Karie, Oppenheim, Dolev, & Yirmiya, 2009;Teague, Gray, Tonge, & Newman, 2017). Por tanto, la evaluación de la sensibilidad de las figuras cuidadoras de niños con TEA resulta fundamental, en la medida que contribuye con información valiosa para los programas individualizados de intervención (Keenan et al, 2016;Kiani & Nami, 2017).…”