“…El pronóstico es inherente a la vida humana y acompaña al hombre desde tiempos remotos, tal vez lo más nombrado en este sentido, día a día, sea el parte referente al estado del tiempo y el comportamiento de las variables atmosféricas, esto por su incidencia determinante en el aseguramiento de la alimentación, seguridad y numerosas facetas de la vida misma. No obstante, las técnicas que permiten la realización de pronósticos se utilizan en un sinnúmero de distintas actividades del quehacer y el conocimiento [1][2][3]. Existe un alto número de técnicas y herramientas susceptibles de ser aplicadas, algunas de carácter específico y otras con un valor general [4][5][6].…”