A framework for work-based learning: basic pillars and the interactions between them

Abstract

Abstract:Purpose: European policy is placing an increasing emphasis on involving employers and labour market institutions in the design and delivery of higher education programmes that match curricula to current and future needs of the economy. The aim of this paper is to investigate the curriculum development process for work-based learning (WBL) programmes and to connect it to the basic pillars, organizational and pedagogical strategies and key moments that enable higher education institutions to foster students' learning, employability and innovation.Design/methodology/approach: Case studies of 14 European WBL programmes in Higher Education are reported using interviews and document analysis. The development of a final framework and examples of practice are based on them.Findings: Drawing on the concept of institutional capital, a framework for the development of WBL programmes which includes three basic pillars (Human Capital, Relationship Capital and Structural Capital) is proposed. Interactions between these pillars are necessary to enhance learning quality (Doctrine), provide authentic experiences (Authenticity) and respect the ways of developing and delivering WBL in Higher Education Institutions (Culture). Research limitations/implications:While selecting a small sample of cases on a basis of 'good practices', some important pitfalls have not been discussed. Thus, rather than promoting a definitive theory, we promote a framework of issues that at least should be taken into account in different stages of planning, delivery, and reflection of WBL learning programmes. Originality/value: 14 case studies from programmes recognized in 6 European countries and the development of an original WBL programme planning, delivery & evaluation framework that can also be used as a checklist for the HEIs organizing work-based learning programmes

Las prácticas externas desde la perspectiva de las entidades colaboradoras

“…En ocasiones, las universidades no entienden lo que las empresas esperan de esa colaboración y olvidan que las empresas buscan algún tipo de compensación. Pero otras veces las empresas no son conscientes de los beneficios potenciales y el impacto que pueden obtener de esta colaboración (Ferrández et al 2016a;2016b).…”

“…Esta mejora de imagen proporciona buena propaganda a la empresa (Ferrández-Berrueco et al, 2016b), pero también ofrece la oportunidad de influir en el currículo de las universidades, lo que proporciona mejores programas a los estudiantes para mejorar su empleabilidad y mejorar las prestaciones sociales. (Ferrández-Berrueco et al, 2016b;Garnett, 2016;Marzo et al, 2008;Whittington & Ferrández, 2007).…”

“…Así, percibimos que el foco exclusivo en el estudiante es tal, que la gran mayoría de las entidades no eran conscientes de que existían otras formas de colaboración con la universidad, como la posibilidad de entrar en las aulas y contar problemas reales o incluso a nivel institucional, la posibilidad de influir en los planes de estudio. Ambos ejemplos, sin embargo, son prácticas muy habituales en otros contextos europeos (Ferrández-Berrueco et al, 2016a, 2016bKoski, 2017).…”

“…De hecho, el diseño de los programas formativos sigue recayendo, en nuestro país, casi exclusivamente en las universidades, y aunque la legislación vigente señala la necesidad de contactar con los representantes del mundo laboral para su elaboración, la realidad es, que su papel queda reducido a un mero rol administrativo, y no ven reflejadas realmente sus necesidades (Ferrández-Berrueco et al 2016b).…”

Conectando la universidad con las necesidades laborales. Importando ideas desde Finlandia

“…Sin embargo, si bien este problema es extensible a la mayoría de los sistemas universitarios, el español parece mostrar escaso interés en averiguar si los programas educativos u otras actividades ofertadas tienen alguna relación con el mercado laboral y por ello no se percibe la necesidad o se establece muy escasa conexión con éste. El resultado final, es un contacto muy limitado entre ambos mundos (Ferrández-Berrueco, et al 2016). Y con ello un alejamiento en la consecución de los objetivos planteados en la Europa 2020 (Comisión Europea, 2010).…”