“…Pese a que se puedan identificar referencias anteriores a ese momento, lo cierto es que es en 1955, en la Conferencia de Dartmouth(Parsheera, 2018), cuando se entiende adoptado terminológicamente el concepto de "inteligencia artificial", a manos del profesor John McCarthy.Desde entonces, hasta la actualidad, pese a la significativa evolución, especialmente en épocas recientes, la conceptualización no se ha asentado, destacando la ausencia de unanimidad en torno a este término (Hernández Giménez, 2019) y la proliferación de muy diversas definiciones sobre el término de IA (como examina Valls Prieto, 2021) que, si bien supone una riqueza conceptual, dificulta su aproximación, así como su regulación.No obstante, el estudio sobre esta sí se ha potenciado, por lo que, pese a la inexistencia de consenso en cuanto a la terminología, sí que se han realizado numerosos estudios en cuanto a su contenido, donde se acuerda que nos encontramos ante "sistemas que manifiestan un comportamiento inteligente"(Borges Blázquez, 2020, p. 55).En este sentido, pese a diversas categorizaciones existentes, destaca la distinción entre dos tipos de inteligencia artificial. Por un lado, la del tipo débil (o weak AI) -que sería equiparada con las capacidades humanas-por otro, la de tipo fuerte (o strong AI) -que superaría aquellas-.…”