“…Sobre la base que el clima es un fenómeno que emerge en las comunidades escolares, la literatura ha señalado la relación del clima escolar positivo, tanto con variables vinculadas a la percepción de calidad de vida por parte del alumnado −mejor bienestar subjetivo (Freeman et al, 2009;Konu, Lintonen, & Autio, 2002;Varela et al, 2019, Ruus et al, 2007Virtanen et al, 2009), mejor autoestima y autoconcepto (Beld et al, 2019;Steffgen, Rechhia & Viechtbauer, 2013;Cornejo & Redondo, 2001;Jia et al, 2009;Way, Reddy & Rhodes, 2007) satisfacción vital (Leria & Salgado, 2019), y satisfacción escolar (Zullig, Ward, Huebner & Daily, 2017)− como con variables asociadas con los resultados académicos −promedio de calificaciones (Jia et al, 2009), autoconcepto académico (Coelho, Bear & Brás, 2020;Ullman, 2014), mejores aptitudes matemáticas y verbales (Gietz & McIntosh, 2014) y mejores resultados académicos (Berkowitz et al, 2015;Hanson & Voight, 2014;McCoy, Roy & Sirkman, 2013;OCDE, 2015;Persson & Svensson, 2017)−. Además, se ha observado que un clima escolar negativo puede resultar en comportamientos disruptivos, deterioro de los logros de aprendizaje y aumento de agresiones entre estudiantes (Barth, Dunlap, Dane, Lochman & Wells, 2004;Persson & Svensson, 2017).…”