Las espiroquetas son un grupo de bacterias que forman el filo Spirochaetes, uno de los 25 filos en que se divide actualmente el superreino Bacteria. Forman un amplio grupo bacteriano filogenéticamente relacionado, con evidencias fenotípicas comunes como es la presencia de flagelos periplasmáticos y otras características como la resistencia de la mayoría de sus miembros a la rifampicina (Kunkle & Kinyon 1988; Wyss et al. 1996; Stamm et al. 2001). El filo Spirochaetes contiene una única clase, Spirochaetia, y seis ordenes, entre ellos el orden Brachyspirales, formado por una única familia, Brachyspiraceae, con un único género denominado Brachyspira, en el que están incluidas las espiroquetas intestinales con mayor relevancia clínica para especies como el cerdo, como veremos más adelante. Clásicamente, los actuales ordenes se clasificaban como familias dentro del orden Spirochaetales, distinguiéndose entre ellas en base a sus características bioquímicas y a las secuencias del ácido ribonucleico ribosómico (ARNr) 16S o del gen que lo codifica (Paster et al. 1991; Paster & Dewhirst 2000). Estudios recientes, basados en evidencias filogenéticas y moleculares, propusieron que dichas familias podían ser, en realidad, divisiones taxonómicas mayores como órdenes o incluso clases dentro del propio filo Spirochaetes, como actualmente están clasificadas (Gupta et al. 2013). Dentro del filo Spirochaetes se incluyen cuatro géneros con gran importancia clínica que engloban especies causantes de importantes enfermedades. Así, Treponema pallidum es el agente etiológico de la sífilis, Borrellia burgdorferi causa la enfermedad de Lyme y especies de los géneros Leptospira y Brachyspira causan leptopirosis y espiroquetosis intestinales, respectivamente, en diversas especies animales incluido el hombre (Gupta et al. 2013).