El experimento que utiliza lana de acero, para determinar el contenido de oxígeno en la atmósfera, aparece en muchos manuales de química elemental, dado que se trata de un procedimiento extremadamente simple y que proporciona buenos resultados. En efecto, basta con unos pocos gramos de lana de acero, una probeta (o un vaso cilíndrico), una vasija con agua y una regla para comprobar, mediante una sencilla operación, que el porcentaje en volumen de oxígeno en el aire es, aproximadamente, el 21%. No obstante, la realidad es algo más compleja, ya que para calcular el contenido de oxígeno con mayor exactitud deben tenerse en cuenta las condiciones en las que se realiza el experimento, en concreto, la humedad relativa del aire, la temperatura ambiente y la presión atmosférica. En este artículo se analiza la influencia de dichos factores y se presenta una variante del experimento, realizado con una botella de plástico, con el que, además de determinar la fracción molar del oxígeno en el aire con un error inferior al 5 %, se evidencia de una forma bastante llamativa la fuerza que ejerce la presión atmosférica cuando la reacción del oxígeno con la lana de acero ocurre en un recipiente cerrado.