Hacia una caracterización empírica del lenguaje esquizofrénico: de la descripción estructural de los discursos a la reconstrucción de los procesos implicados en la producción verbal desviada
Mercedes Belinchón Universidad Autónoma de Madrid
INTRODUCCIONHace más de ochenta años que los psicólogos y psiquiatras, mediante el uso de conceptos tales como los de «esquizofrenia» y «psicosis», han tratado de acotar y definir de un modo científicamente útil (Zubin y Spring, 1977) uno de los fenómenos más antiguos, universales y sorprendentes de la especie humana: la locura. Desde entonces, movidos quizá por la misma mezcla de asombro, miedo y fascinación que lleva a los miembros de ciertas culturas a hacer del demente un miembro marginal de la comunidad y/o a investirle con atributos mágicos (Bastide, 1976), los profesionales de la salud mental y los investigadores de la conducta humana han tratado de encontrar explicaciones satisfactorias a la conducta peculiar de los psicóticos y han buscado, desde diferentes perspectivas y marcos teóricos, sistemas y procedimientos capaces de describir, predecir, controlar y/o extirpar la enfermedad.En su interpretación más ancestral (y también en su interpretación más popular y común) la locura ha sido, indudablemente, reificada, dotada de entidad: se la ha considerado como equivalente a «algo» (desconocido y quizá mágico), que «ocurre» en el interior de los sujetos, que escapa al control de quien lo sufre, y que, por lo general, puede ser reconocido por los no enfermos en ciertos tipos de conductas y/o verbalizaciones.Según observan Harrow y Quinlan (1985), la «reificación» que subyacía a las definiciones no científicas de la locura fue tácitamente asumida, desde sus inicios, tanto por la Psicología como por la Psiquiatría moderna. La identificación de la enfermedad con un elemento mórbido al que se denominó «de-sorden formal de pensamiento», en las primeras definiciones «técnicas» de la esquizofrenia (Bleuler, 1911; Kraepelin, 1919), y la vinculación inferencial que a partir de esta identificación se estableció en el contexto psiquiátrico entre la observación de alteraciones severas en el uso comunicativo del lenguaje de los pacientes, la existencia de un desorden del pensamiento y el diagnós-tico de esquizofrenia, pronto hicieron de la descripción de la conducta lingüística una de las bases más sólidas del diagnóstico clínico («To be a good clinician one must be a good listener» rezaba, por ejemplo, un viejo proverbio recogido por Harrow y Quinlan, 1985, pág. 209). Paralelamente, y a medida que fue desarrollándose la propia Psicología científica, el análisis teórico y empírico de las alteraciones del lenguaje fue dando paso a la elaboración de múltiples teorías e hipótesis sobre la esquizofrenia, sobre sus trastornos 157