Se cuantificó el combustible forestal superficial de los árboles en pie y del mantillo orgánico. También, se caracterizó la composición florística, en tres tratamientos de estadios sucesionales, de 10-25 años (29,88 ha) mayor a 30 años (22,75 ha) y bosque primario (38,36 ha). Se estableció un diseño de muestreo de parcelas temporales simple aleatorio estratificado con siete repeticiones por tratamiento (15 x 50 m), con sub muestreo de parcelas de 0,9 m2 para la cuantificación del material superficial del suelo. Las muestras de mantillo fueron llevadas al laboratorio del Centro de Investigación en Integración Bosque Industria (CIIBI) del Instituto Tecnológico de Costa Rica en Cartago. Se realizaron pruebas de consumo del combustible. Se determinó el índice de peligrosidad de combustibles superficiales (IPCS). En los tres sitios se identificó un total de 567 individuos, distribuidos en 57 especies pertenecientes a 28 familias. Cinco familias fueron representadas por solamente un individuo. Diez especies estuvieron presentes en los tres estadios sucesionales. La mayor cantidad de especies se encontraron en el bosque primario (37), mientras que el bosque mayor a 30 años presentó el mayor número de familias (20). El bosque primario presentó la mayor cantidad de combustible disponible en los árboles con un valor de 254,67 Mg ha-1. Para el bosque secundario maduro (> 30 años) se estimó una biomasa promedio de 196,27 Mg ha-1. Los valores más bajos (71,31 Mg ha-1) correspondieron al bosque de 10-25 años. Los combustibles acumulados en el mantillo fueron mayores para el bosque primario (14,06 Mg ha-1), seguido por el bosque mayor a 30 años (11,87 Mg ha-1), y por último el bosque de 10-25 años (7,75 Mg ha-1). Se encontró que la cantidad de combustibles tiende a ser mayor en los sitios más viejos. Se obtuvo un valor promedio del IPCS de 754,32, según el criterio de clasificación descrito por Galiana (2009) y modificado por Parra (2013), los tres estadios de sucesión se ubicaron en la categoría de peligrosidad media-baja.