“…Desde el sistema educativo y en relación a la inclusión de los y las jóvenes, a lo largo de la literatura se recoge la necesidad de posibilitar que puedan acceder al currículum general (Baer, Simmons, Bauder y Flexer, 2008;Lenz y Adams, 2006;Jonhson, Stodden, Emanuel, Lueking y Mack, 2002;Shurr y Bouck, 2013;Spence-Cochran et al, 2013). Aunque el reto no solo está en acceder, sino en poder participar y llegar a desarrollarlo (Bobzien, 2014). En palabras de Wehmeyer (2009), "estamos en un momento de la evolución de las prácticas inclusivas en las que necesitamos considerar cómo maximizar la participación" (p. 59), apuntando que, para ello, resulta fundamental que profesionales de los programas educativos de transición dirigidos a personas con DID y profesionales de programas educativos generales piensen juntos y colaboren (Bambara et al, 2007;Basset y Kochhar-Bryant, 2012).…”