“…Se trata de una arritmia típicamente benigna de distribución ecuánime entre pacientes pediátricos y adultos, debido a su naturaleza asintomática suele ser diagnosticada de forma fortuita durante controles electrocardiográficos o valoraciones pre quirúrgicas, su morfología guarda gran parecido con casos de taquicardia ventricular, de ahí la importancia de conocer sobre su fisiopatología, para un reconocimiento acertado que evite la aplicación de esquemas terapéuticos erróneos, que podrían generar resultados desfavorables para la salud de los pacientes (Kappy et al, 2021;Yazaki et al, 2021). Bijsterveld et al (2022), proponen la definición patológica del RIVA asociándolo siempre con presencia de patología cardiaca (infarto agudo de miocardio, miocardiopatía, alteraciones hidroelectrolíticas, efectos adversos de fármacos, etc. ), y coincidiendo con la bibliografía presentada, aseveran la existencia de casos en los que no existe evidencia de patología cardiaca subyacente, principalmente en grupos vulnerables como niños, adolescentes, adultos mayores o aquellos expuestos a mayores demandas metabólicas (deportistas).…”