El habitar las caletas de pescadores se ha transformado a través de los procesos de modernización, migración o la presión en la ocupación de estos bordes costeros. Sin embargo, pocas veces se pone atención a lo que ocurre en el habitar cotidiano de dichas caletas, marcado de manera importante por pautas asociadas a los roles de género. Considerando lo anterior este artículo tiene como objetivo aportar una reflexión sobre el habitar en un sentido patrimonial, desde una perspectiva antropológica -arquitectónica. Para esto, se analiza un estudio de caso en la Región de Los Ríos, Chile, revisando sus características y formas de habitar. Los resultados dan cuenta de cómo el habitar de la arquitectura institucional contrasta con las formas de habitar antiguas o tradicionales, en las que se entrecruzan los quehaceres de mujeres, hombres, niñas y niños, entre otros. Además, se observa el impacto de las materialidades de ese habitar que da cuenta de la particularidad de los asentamientos costeros y cómo aportan en construir su identidad local. Finalmente, destacamos las características de los roles de género que transitan en los espacios públicos, privados y compartidos por los grupos familiares.