En 1880 el gobierno mexicano inauguró la tumba-monumento del expresidente Benito Juárez, quien lideró al partido liberal y sentó las bases de la secularización del Estado, su pertenencia a la masonería hizo que el sepulcro se concibiera como un punto de encuentro de los integrantes de esta organización fraternal y se viera en ella un sitio rico en significados alineados a los principios que enarbolan sus integrantes. El objetivo de este artículo fue realizar un análisis iconográfico de la tumba-monumento del expresidente Benito Juárez, con el fin de clarificar los atributos y significados presentes en ella, desde la simbología francmasónica. Para lo cual se efectuaron visitas de campo, se identificó la posible simbología y se revisó literatura especializada sobre la temática abordada. Se pudo observar que esta edificación funeraria de tipo neoclásico se ajusta a las referencias ideológicas del liberalismo decimonónico y de manera implícita a los valores de la masonería.