“…Los diuréticos se utilizan en medicina para los estados edematosos asociados a enfermedades como la hipertensión arterial sistémica, la falla cardiaca, la nefritis, la ascitis, el edema pulmonar y el edema cerebral (1)(2)(3)(4). Sin embargo, algunos diuréticos ampliamente utilizados, como la furosemida y la hidroclorotiacida, se han asociado con efectos adversos como desequilibrio hidroelectrolítico, alteraciones metabólicas, desarrollo de nuevos casos de diabetes, activación del sistema neuroendocrino renina-angiotensina-aldosterona, deterioro de la función sexual y disfunción renal (5)(6)(7).…”