esde hace algunas décadas, la relevancia de la promoción y prevención en salud mental ha sido realzada por expertos y por diversas instituciones (Campion, Bhui, y Bhugra, 2012; NRC/IoM, 2009; WHO, 2004 WHO, , 2005. Si bien estos planteamientos todavía no tienen un impacto notorio en las agendas de los sistemas de salud, progresivamente van adquiriendo mayor reconocimiento y, en algunos países, ya se observan iniciativas de importancia (Bährer-Kohler y Carod-Artal, 2017). Ni la promoción y prevención, en general, ni la salud mental han sido, históricamente, prioridades en el campo de la salud, por lo que este reconocimiento tiene una doble significación (Knifton y Quinn, 2013).Si bien voces respecto del valor de la promoción y prevención en salud mental han existido desde siempre, pudiendo ser rastreadas, en un lenguaje moderno, a planteamientos como el de la importancia de la "higiene mental" a mediados del siglo XIX (Ray, 1863), algunos factores han facilitado que estas voces sean más intensas en los últimos lustros. Uno de éstos ha sido el desarrollo de una mirada a la salud mental desde la perspectiva de la salud pública. Esta perspectiva ha evidenciado que las necesidades de salud mental de las poblaciones son enormes y que resulta imposible, además de poco racional, abordarlas desde la sola lógica del tratamiento y rehabilitación (Petersen, Barry, Lund y Bhana, 2014). La expectativa es, en consecuencia, que políticas y programas promocionales y preventivos puedan contribuir a un mayor bienestar y salud mental positiva (promoción), a evitar el desarrollo de problemas y trastornos de salud mental (prevención primaria) y a reducir el impacto de estos últimos por la vía de su detección y tratamien-La promoción y prevención en salud mental son crecientemente reconocidas como estrategias fundamentales. Se ha demostrado que programas promocionales y preventivos en esta área pueden ser efectivos. Existe la expectativa de que la diseminación de estos programas pueda ayudar a disminuir la brecha entre necesidades de atención en salud mental y recursos disponibles. Junto con describir estos antecedentes, este artículo analiza algunos desafíos centrales para que esta área pueda tener el desarrollo esperado. Se plantea que si este desarrollo se realiza desde la lógica del modelo médico puede contribuir a generar respuestas inadecuadas y, paradójicamente, a incrementar las necesidades de recursos en salud mental. Se analiza el riesgo que implicaría el uso masivo y recurrente del tamizaje de trastornos mentales desde una concepción medicalizadora. Se propone que el desarrollo de la promoción y prevención en salud mental es un desafío mayor y necesario pero que debe atender a las advertencias de lo que se denomina prevención cuaternaria. Palabras clave: Promoción, Prevención, Salud mental, Prevención cuaternaria, Tamizaje.Mental health promotion and prevention are increasingly recognized as essential strategies. It has been shown that promotional and preventive programs in this area can be effective. It is expected that sp...