“…Más recientemente, Antunes, Leite, Lee, Barreto, dos Santos, de Sá Souza y de Mello (2016), han puesto de manifiesto que la práctica regular de ejercicio contribuye tanto a la prevención primaria como a la secundaria de distintas enfermedades crónicas, asociándose a un menor riesgo de muerte prematura. Por otro lado, un gran número de expertos en esta temática (Antunes et al, 2015;De Mello, Aquino, Antunes, Bittencourt, Santos-Silva y Tufik, 2013;Warburton, Nicol y Bredin, 2006); sugieren que el deporte influye de manera muy positiva en el sueño y en el estado de ánimo.De entre todas las modalidades deportivas estudiadas y analizadas, el "running" destaca respecto a las demás, ya que son muchos los corredores que han experimentado el fenómeno conocido como euforia del corredor o high runner; recompensa neurobiológica, que aparece tanto durante, como después de correr largas distancias y que afecta a nivel central (modulador del estado de ánimo, efecto de bienestar) y a nivel periférico, disminuyendo la sensación de dolor (Dietrich y McDaniel, 2004).Cuando una actividad inicialmente beneficiosa para la salud, se transforma en adictiva, pueden llegar a producirse incluso síntomas de abstinencia cuando no se puede realizar ejercicio (Hausenblas y Dowms, 2002). Así, en un estudio reciente (Ruiz-Juan y Zarauz, 2016), se han señalado como posibles causas de la conducta adictiva, la combinación de factores socio-culturales como la búsqueda de una imagen corporal ajustada a los cánones de la sociedad; factores fisiológicos, como el papel que juegan las catecolaminas, la activación del sistema opioide endógeno en el cerebro, la regulación de la interlucina-6, y por supuesto factores psicológicos, en donde la mejora del estado de ánimo, la salud, la autoestima, la confianza y las relaciones sociales que se crean con la práctica deportiva regular, hacen que el deporte pueda llegar a convertirse en un comportamiento adictivo (Kerr, Lindner y Blaydon, 2007).…”