En los últimos años, surgen en España serias dudas acerca de si realmente se está potenciando la autonomía del alumnado en las aulas universitarias, tal y como promueve el Espacio Europeo de Educación Superior. La situación vivida a causa del confinamiento de 2020 por la COVID-19 nos presentaba un panorama idóneo para averiguar en qué medida el estudiantado universitario es autónomo y cuánto promueve la autonomía el profesorado. En este trabajo averiguamos las demandas del estudiantado respecto a su aprendizaje durante el confinamiento e inferimos, a partir de ellas, si realmente se trabaja de manera autónoma en las aulas universitarias. Tras analizar los datos recogidos mediante una encuesta, las categorías identificadas que más se mencionan son las referidas a: seguir impartiendo clases durante el confinamiento, la capacidad de adaptación del profesorado a la nueva situación y mantener el contacto, tanto desde el ámbito académico (explicaciones adecuadas y feedback), como desde el ámbito más personal, haciendo referencia expresa a la empatía. En menor medida, se apunta al hecho de realizar una evaluación adaptada las circunstancias y al manejo adecuado de las TIC. Tras relacionar las categorías identificadas con las características de una docencia impulsora de la autonomía, apreciamos que en muy pocas ocasiones se está reclamando, por parte del alumnado, una docencia favorecedora de la autonomía, lo que nos lleva a deducir que el profesorado no la promueve en su práctica docente.