A lo largo de la Edad Moderna, en la sociedad occidental se impuso un modelo de género femenino en el que la mujer alcanzaba la plenitud a través de la maternidad matrimoniada. Partiendo de esa premisa, en este artículo nos proponemos conocer la experiencia vital de todas aquellas mujeres que, por desidia o ausencia de sus amantes, se vieron obligadas a afrontar la maternidad en solitario. Para ello nos hemos valido de documentación asistencial y criminal fechada a lo largo de los siglos XVI-XVIII que nos habla de estupros, violaciones, abortos, infanticidios, abandonos y adopciones. Una realidad en todo caso poliédrica a la que no se le ha prestado la atención suficiente por no responder al modelo ideal de familia: cristiana, ordenada y jerarquizada, en la que el hombre se ocupaba del sustento económico y la mujer de los cuidados.