“…Una edad de inicio de consumo precoz se relaciona con un mayor riesgo de consumo problemático (Martínez-Lorca y Alonso-Sanz, 2003), un uso posterior de otras drogas ilícitas (Swift et al, 2012), con la presencia de alteraciones cerebrales (DuPont y Lieberman, 2014; Jacobus y Tapert, 2014), del procesamiento cognitivo (Alameda-Bailén, Salguero-Alcañiz, Merchán-Clavellino, y Paíno-Quesada, 2014; Becker, Wagner, Gouzoulis-Mayfrank, Spuentrup, y Daumann, 2010; Grant, Chamberlain, Schreiber, y Odlaug, 2012) y de la función motora (Hall y Degenhardt, 2009), con la exacerbación de sintomatología psicopatológica en la edad adulta (Arias et al, 2013;Chen et al, 2011;Cuenca-Royo, Torrens, Sánchez-Niubó, Suelves, y Domingo-salvany, 2013;Muro i Rodríguez, 2015;Rubino, Zamberletti, y Parolaro, 2012) y con una mayor probabilidad de fracaso escolar (Volkow, Baler, Compton, y Weiss, 2014).…”