Desde sus inicios, la conocida indistintamente como “cibernética” o “tecnología cyborg” ha sido utilizada como una herramienta médica enfocada a la recuperación de capacidades humanas convencionales, como por ejemplo la de oír, ver o caminar. Sin embargo, el desarrollo de las tecnologías biomédicas en el siglo XXI va de la mano de un fenómeno interdisciplinar cuyo objetivo va más allá del uso de estas herramientas en sentido terapéutico, el transhumanismo. Una de las principales pretensiones de esta corriente de pensamiento es optimizar el funcionamiento del ser humano por encima de lo meramente natural. En este artículo analizamos el desarrollo de la tecnología cyborg, y en qué medida su uso puede pasar de la terapia al mejoramiento en los próximos años. Para ello, revisamos casos reales en los que la tecnología cyborg ha cambiado la vida de sus subsidiarios, no sólo en sentido terapéutico, sino también en sentido optimizador. Asimismo, examinamos los potenciales problemas éticos, técnicos y jurídicos derivados de la aplicación no terapéutica de la cibernética. Finalmente, llegamos a la conclusión de que la investigación científica en este tipo de tecnología estará enfocada en el futuro hacia la mejora y no la terapia, aunque para ello habrá que llevar a cabo una reinterpretación de las tecnologías biomédicas.