“…En la era del postcapitalismo, el nuevo paradigma de envejecimiento exitoso se basa en el control y en la libertad de elección de los individuos para dar forma, moldear, diseñar y elegir sus cuerpos (Giddens, 1994). Hacerse mayor con éxito hoy día es retardar, enlentecer, el proceso natural de decadencia física y mental, y el envejecimiento en nuestros días se trata como un problema patológico, como una enfermedad (Coupland, 2009, Mykytyn, 2008Vincent, 2006;Casalanti, 2005), y a los mayores se les culpa, e incluso se les hace avergonzarse y se les sanciona, por no envejecer bien obligándoles a adoptar una actitud juvenil ante la enorme presión que sobre ellos ejercen los medios (Perry & Wolburg, 2011). Y la promoción del envejecimiento exitoso y el no-envejecimiento como ideología (Binstock, 2004;Katz, 2000) conforma nuestras metáforas cotidianas en el seno de este nuevo discurso cultural contemporáneo resultante de la convergencia entre el conocimiento médico-científico y la tecnología con la publicidad y la comunicación pública de la ciencia, y la pseudociencia.…”