“…Mientras unos se dirigen al desarrollo de habilidades cognitivas como la atención (Castro et al, 2018), las habilidades sociales (Al Saud, 2017) o las inteligencias múltiples (Garmen et al, 2019), otros pretenden mejorar el aprendizaje de áreas específicas como las Ciencias Naturales (Hurtado et al, 2015;Strawhacker et al, 2018), las Matemáticas (Tazouti et al, 2019), la Lengua Inglesa (Anyaegbu et al, 2012;Hansbøl, & Meyer, 2011), la Historia (Lunn et al, 2016) o la Educación Musical, trabajando la ópera (Ramos, & Botella, 2015) o la recuperación de las raíces folklóricas (Ramos, & Botella, 2016). El tercer grupo se centra en temas transversales, como la educación para la salud o la nutrición (Baños et al, 2013;González-Valero et al, 2018), o el cuidado de los animales y el fomento de su bienestar (Hawkins et al, 2019). Por último, destacan aquellos que lo que pretenden analizar es el impacto de los videojuegos en el alumnado (Jenson et al, 2016;Zhao, & Linaza, 2015) o sus beneficios pedagógicos (Sáez-López, & Domínguez-Garrido, 2014).…”